Llevo viviendo en Madrid desde hace un año y este fin de semana decidí ir al Orgullo Gay de la capital. Al ir como asistente no pude evitar sufrir del síndrome de la “deformación profesional” me lleva a ver con ojo crítico los eventos a los que asisto. Siempre se puede aprender algo en un sentido o en otro.
Me vais a permitir ser muy crítico, pero bajo mi punto de vista lo que ha sido durante muchos años un espacio de reivindicación de derechos de un colectivo, se ha convertido en un macro botellón por las calles de Madrid que no solo la convierten en un estercolero, y dan una pésima imagen al resto del mundo de la ciudad, sino que dejan claramente ver que el equipo que lo gestiona no son profesionales de los eventos.
Uno de los momentos claves es el desfile. Éste tenía que empezar a las 18.30 h, y a las 21.30 h. cuando yo me fui cansando de estar de pie, acababa de llegar a la mitad del recorrido a Cibeles. Y no solo eso, nadie había marcado el espacio por el que pasaba de forma que la gente estaba por el medio de la calle. Nadie iba diciendo a los asistentes que se apartaran con el fin de poder permitir el paso a autobuses u otros vehículos. Un peligro que no nos podemos permitir ya que la seguridad debe de ser algo primordial en los eventos para que nadie resulte dañado. Y no solo eso, ¿se debería de controlar tal masiva afluencia de gente? Si pasa algo, cualquier tipo de desgracia, toda esa gente está vendida. ¿Necesitamos que haya una catástrofe como la del Madrid Arena para darnos cuenta de que las cosas no se están haciendo bien? Se necesita una gran dosis de planificación de forma urgente.
Después de cenar salí por la calle a dar una vuelta. Sobre la media noche Madrid se había convertido en un gran estercolero. La gente bebía en la calle y dejaba todo el suelo lleno de botellas, vasos, bolsas, etc. Y no es que no haya papeleras, que si las había, pero estaban llenas a rebosar. El ayuntamiento de Madrid no había previsto el instalar contenedores adicionales y que patrullas fueran vaciándolos y limpiando para que la calle no acabe como acabó.
Y diré más, no había váteres públicos portátiles, la gente estaba orinando en medio de la calle. ¿Organizamos un evento en el que hay, solo en el desfile, más de un millón de personas, y no podemos WC portátiles? No justifico que la gente orine en la calle, pero no lo harían tanto si les diéramos los medios para ello. Me reitero: planificación estratégica.
Bajo mi humilde punto de vista Madrid debería de plantearse, una fiesta tan conocida y famosa a nivel europeo como el Orgullo madrileño, de una manera diferente. Los eventos no se pueden ver más que desde un punto de vista estratégico, y más cuando hablamos de eventos ciudad: citymarketing. Si seguimos así vamos a convertir una fiesta de reivindicación de derechos de un colectivo, donde solía haber actividades culturales y de otra índole más acorde a la esencia del evento, en un simple macro botellón sin sentido y que transmitirá la peor de las imágenes al mundo de la ciudad.
Madrid no puede permitirse el lujo de dejar de planificar de forma estratégica, como quiere que sea una jornada de esta magnitud y calado para su futuro más inmediato. No debemos olvidar que el WorldPride Madrid 2017 será un evento mundial y no podemos dejar pasar una ocasión como esta para poder proyectar la ciudad de Madrid al mundo. ¿Estercolero y macro botellón o evento organizado por profesionales de forma estratégica y al servicio de la ciudad?
Estoy totalmente de acuerdo contigo Daniel. Pero, realmente hay algún especialista en gestión de eventos en este acto? Puede que lo haya y no tuviera los medios adecuados a su disposición. Y si lo había y los tenía …
Hola Maribella:
Muchas gracias por tu aportación. Lo cierto es que no creo que sea por cuestión de medios. Muchos consistorios no son conscientes del potencial de los eventos en las ciudades y su proyección al mundo. Y eso tiene como consecuencia que no hay planificación estratégica de los eventos. Resultado? Lo que está pasando con el Orgullo de Madrid: un macro botellón en las principales calles de Madrid donde todo está permitido.
Además de eso diré que hay cosas, como la seguridad, que no son cosa de medios, sino de buena planificación y organización. Un desastre total.
[…] Eventos que degeneran: orgullo gay en Madrid (@Elessary) […]