Con este artículo hablaré del protocolo y ceremonial funerario. La muerte forma parte de la vida, y si es cierto que hay muchas investigaciones sobre los “eventos en vida”, hay otra parte fundamental de nuestra existencia que apenas se estudia: la muerte. De modo que como se acerca la tradicional Fiesta de todos los Santos, me gustaría escribir sobre una muy especial: el altar de los muertos de México.
El día de los muertos en la tradición mexicana es el resultado de una mezcla de la cultura prehispánica y de la religión católica llevada allí por los españoles. Dos visiones de la muerte muy distintas que dieron como resultado la tradición actual y cuyo símbolo más universal es el altar de los muertos. Este forma parte de la cultura popular mexicana y es patrimonio universal protegido por la UNESCO.
Así como en la cultura española la muerte es temida y la representamos con la calavera, guadaña y una túnica negra (s. XVI), en la cultura mexicana la muerte es representada plásticamente de forma amigable, con colorido. La ven de una forma tan natural como la vida y así se pasa de padres a hijos. La muerte no es un elemento al que temer, sino que hay que celebrarlo en vida recordando a nuestros seres queridos.
La fiesta de todos los Santos los mexicanos la celebran en varios días*: empiezan el 28 de octubre y termina el 2 de noviembre. El 28 de octubre se destina a los muertos que fueron asesinados con violencia, los 30 y 31 de octubre son días dedicados a los niños que murieron sin haber sido bautizados y a los más pequeños. El 1 de noviembre, o Día de Todos los Santos, es la celebración de todos aquellos que llevaron una vida ejemplar. El día 2, llamado Día de los Muertos, es la máxima festividad. Se acude a los cementerios a celebrar la muerte. Los familiares y amigos se reúnen para honrarlos y construyen los denominados altares de muertos en los cementerios.
Los altares son construcciones efímeras hechas con el fin de poder recordar a los fallecidos. Se hacen, no solo en los cementerios, sino también en las casas. Se llenan con elementos como el agua que simboliza la purificación, cenizas (polvo somos y en polvo nos convertiremos), objetos importantes para el fallecido, sus comidas preferidas, sus flores… Junto a los altares la muerte se celebra con poesía y canciones populares como boleros o las rancheras. Se ríe y se habla del fallecido. Celebramos la muerte que hace que en un día como este aquellos que se han ido vuelvan por unos momentos a la vida. De hecho, si alguno de los niños no conoció al difunto, se le habla de él. La muerte es un tránsito a un plano donde un día estarán todos unidos.
Para terminar me gustaría hacer una aclaración: México al ser un país pluricultural y pluriétnico, la celebración del día de los muertos no tiene un carácter homogéneo. Hay partes del país, por ejemplo, donde los altares tienen varios pisos de forma que cada uno simboliza un espacio. Es una fiesta tradicional con gran variedad de formas.
Si aún quieres saber más sobre la cultura de la muerte mexicana, te aconsejo ver la película de Disney Coco
*Información obtenida de: http://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol25num1/articulos/altar/
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